La península de la Guajira ha sido ocupada durante siglos por los indígenas wayuu. Su economía es de supervivencia con actividades de pastoreo, pesca artesanal, artesanía y agricultura estacionaria de acuerdo con las épocas de lluvia. Las obligaciones culturales, como colaboración para pagos, hacen parte importante de la capacidad económica de las castas y familias indígenas. Según su cosmovisión, el espíritu del viento impulsa a la nube, que con su lluvia fertiliza la serranía. En su pensamiento integral, están íntimamente ligadas las formas de la naturaleza con el devenir de la raza humana.